jueves, 18 de marzo de 2010

Discurso movimiento estudiantil: 23 de enero de 2008


Hoy todos somos 23 de enero. Hoy celebramos las bodas de oro de la democracia: un matrimonio que, desde cualquier paradigma político,  no ha sido perfecto.
  
Indudablemente, muchas cosas no se hicieron bien: se le cerró el paso herméticamente a la izquierda, la corrupción invadió la administración pública, el populismo se utilizó vilmente para comprar voluntades.
  
Pero  hay un mérito que no se lo quita nadie al pueblo venezolano, y este es la defensa de la CONSTITUCIONALIDAD. Tanto los golpes de Estado del 4 de febrero y 27 de noviembre de 1992, como el del 11 de abril de 2002, fracasaron por algo: Venezuela se casó PARA SIEMPRE con la democracia, y no está dispuesta a divorciarse.


 Hoy, gracias a los líderes de ese entonces y a ese pueblo que apostó  por la libertad, entendemos que las elecciones son el único mecanismo para contarnos en paz. Sabemos que el respeto a la disidencia y a las mayorías democráticas, si bien resulta complejo de lograr, supone la mejor herramienta para asegurar la permanencia a largo plazo de las instituciones y, por ende, el consecuente desarrollo de la Nación.

Comprendemos que el otro tiene razones para pensar como piensa. Sabemos que los buenos y los malos absolutos existen, si acaso, en las películas. Que ser de los Leones o del Magallanes, andino u oriental, oficialista u opositor, no nos hace seres humanos diametralmente distintos, y es a partir de esa diversidad que se enriquece la democracia.

Existe una propuesta de 3R: revisar, rectificar y reimpulsar al país no está mal. De hecho, resulta URGENTE en materia de inseguridad, escasez, desempleo y polarización.  Pues bien, le proponemos al presidente otra R, que a fin de cuentas, le otorga peso,  razón y sentido a las tres anteriores. La R de RESULTADOS.   Revisión, rectificación, reimpulso y RESULTADOS.  Por supuesto, queremos resultados tangibles, que la gente los vea, los sienta, los viva en la calle:
Sentirse seguro al llegar de noche al barrio. Montarse tranquilo en cualquier autobús o camionetica.  Confiar en que habrá un funcionario policial siempre pendiente,  tanto de la avenida más transitada, como del rincón más alto del cerro. Conseguir leche, pollo y  azúcar oportunamente en cualquier abasto, en cualquier mercado. Contar con buenas oportunidades laborales, con un salario justo que permita lidiar con la exorbitante inflación

Queremos una R de RESULTADOS: tal es el anhelo del pueblo venezolano. Y, asimismo, no podemos olvidarnos de algo muy importante: ¿Dónde está la R de Reconciliación? Es inadmisible desechar absurdamente una idea, sin masticarla, sin digerirla,  sólo porque provenga del bando político contrario. Entendemos que la reconciliación no es sólo encontrar el punto de tangencia entre ideas divergentes, sino que constituye el elemento esencial para garantizar la convivencia, para tener una relación ganar-ganar entre ambas partes, para generar espacios en donde cada quien  tenga chance de labrarse su propia felicidad.

Los estudiantes queremos evaluar los proyectos en su esencia y no necesariamente por quien los lidera, queremos decirle NO al personalismo, queremos rechazar, de manera contundente, hoy y siempre, cualquier tipo de discriminación. Que el respeto y la tolerancia se instalen profundamente en nuestras mentes y corazones. Sólo así, la conciencia ciudadana y el amor a la patria salen a relucir y trascienden más allá de las pasiones políticas.

De igual modo, preguntamos: ¿Dónde está la R de Responsabilidad para cumplir las promesas que se le hacen a los venezolanos? Tomemos las palabras del líder sudafricano Nelson Mandela cuando dijo: "Si no hay comida cuando se tiene hambre, si no hay medicamentos cuando se está enfermo, si hay ignorancia y no se respetan los DERECHOS ELEMENTALES de las personas, la democracia es una cáscara vacía, aunque los ciudadanos voten y tengan Parlamento". De ahí que le exijamos a los ejecutores de las políticas públicas que asuman RESPONSABLEMENTE los  retos aquí presentes, que sienten, como se hizo hace cincuenta años, las bases que sustentan ese deseado futuro mejor, que a veces creemos que nunca llega.

No podemos desaprovechar esta oportunidad para aclarar ciertas cosas respecto a las posibles candidaturas de algunos de quienes participan activamente dentro de nuestro movimiento. Concebimos este movimiento estudiantil, en el marco de la pluralidad que nos caracteriza, como un generador de liderazgos para el futuro: liderazgos comunitarios, profesionales, sociales, académicos y, ¿por qué no?, también políticos. Partiendo de ello, es lógico que surjan jóvenes líderes, de tendencia oficialista u opositora,  que oxigenen el acontecer nacional. La pregunta que se hace cada uno es: ¿Cómo puedo serle yo más ÚTIL a mi país? Y, por supuesto, cada quien encontrará su camino para "echarle pichón" a Venezuela. Lo que sí es seguro, es que el movimiento estudiantil trasciende cualquier candidatura, y tendrá su agenda de incidencia pública propia, independientemente de quienes se postulen para algún cargo político.
Medio siglo y las mismas preguntas de siempre. De nuevo, con la frente hacia al futuro. Y las manos jóvenes para ser obreros de la democracia.

Ahora,  a estudiar, a trabajar, a fajarse  para que el 23 de enero de 2058, nuestros nietos puedan celebrar los 100 años de eso que llamamos democracia. Y que tengan una fiesta mucho mejor que la de nosotros, porque la era democrática, apenas está comenzando…


¡Que Viva la democracia! ¡Que Viva la Libertad! ¡Que viva Venezuela!

No hay comentarios:

Publicar un comentario